domingo, 26 de abril de 2015

ENTRADA 4: INVITADO



La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha expulsado a uno de sus miembros. El despido, fulminante y de carácter irrevocable, se ha hecho efectivo tras descubrir que el afectado, Eugenio Pulcro, un empresario del sector del tofu, jamás había defraudado a Hacienda.

Como es sabido, la CEOE es una organización de naturaleza hermética y conspiradora. Se trata de una institución poderosa y rodeada de secretismo, al estilo de la masonería, los Illuminati o los fans de La ruleta de la fortuna. En este sentido, la conducta de los miembros de la entidad está regida por un estricto código ético que explicita las prácticas que deben llevar a cabo sus miembros para seguir formando parte de la sociedad. Algunas de estas prácticas han trascendido a la opinión. Hablamos, por ejemplo, de la conocida costumbre entre sus miembros de desayunar cada mañana un niño inmigrante. Por el contrario, hasta ahora se desconocía que entre estos hábitos se encuentra el de guardar una estricta fidelidad al fraude fiscal.


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